La artrosis, también conocida como osteoartritis, es una enfermedad crónica que afecta a las articulaciones y en muchos casos puede derivar a una incapacidad permanente laboral.
Esta enfermedad destaca por su degeneración progresiva del cartílago articular, que es el tejido que protege los extremos de los huesos con las articulaciones. Lo que ocurre cuando una persona tiene artrosis es que este cartílago se desgasta y hace que los huesos rocen entre sí, lo que causa un gran dolor al afectado.
No hay una sola causa por la que aparezca la artrosis, ya que hay múltiples motivos por los que puede aparecer esta enfermedad. Entre ellos encontramos:
Hay numerosos síntomas que pueden indicar que tienes artrosis, pero los más comunes son los siguientes:
La incapacidad permanente por artrosis se da cuando el trabajador, una vez haya recibido el tratamiento, tiene reducciones de movilidad que disminuyen su capacidad laboral. Dependiendo del grado de artrosis, se puede calificar con un grado de incapacidad u otro. Estos grados varían según el nivel de limitación funcional y el trabajo y actividad del afectado.
Esta incapacidad se da cuando la artrosis hace que el afectado tenga una limitación que disminuye su rendimiento laboral al menos un 33%. En estos casos el trabajador puede seguir realizando sus deberes. Algunas de las situaciones más comunes en este tipo de incapacidades es que el trabajador padece artrosis en los codos y su trabajo implique una exigencia particular con esta articulación.
Esta incapacidad se concede cuando la artrosis impide al trabajador realizar sus actividades habituales pero aún puede desempeñar otro tipo de actividades que no tenga tanta exigencia. Un claro ejemplo sería el de un trabajador de almacén con artrosis en la cadera. Esta persona no podrá hacer ese trabajo debido a la exigencia física pero sí podría hacer otro trabajo más sedentario o de oficina.
En este caso, la artrosis provoca una incapacidad en la persona para realizar cualquier trabajo. Esto se puede dar en personas con una artrosis avanzada y que afecte en varias articulaciones, provocando un fuerte dolor en la persona.
Es el caso más grave de incapacidad permanente por artrosis. Se suele dar cuando, además de la incapacidad absoluta para trabajar, la persona necesita ayuda para poder hacer actividades cotidianas básicas, como por ejemplo comer o vestirse. Un ejemplo sería una persona con artrosis avanzada y con deformaciones en varias de sus articulaciones.
Para conseguir la incapacidad permanente por artrosis es necesario seguir un proceso formal que consta de varias fases. Los principales pasos son los siguientes:
Necesitas obtener un diagnóstico médico claro de que tienes artrosis. Por ello debes acudir a un especialista, normalmente traumatólogo, y que evalúe tu caso en concreto. Estas pruebas se suelen hacer a través de radiografías, resonancias magnéticas o análisis de movilidad.
También debes demostrar que has seguido un tratamiento adecuado durante un periodo de tiempo considerable, y que a pesar de ello sigues siendo afectado gravemente por esta enfermedad.
Antes de solicitar la incapacidad permanente, se suele pasar por una fase de incapacidad temporal. Este tipo de baja suele tener una duración máxima de doce meses con posibilidad de prórroga. Después de esto, si las secuelas persisten, se puede iniciar el proceso de incapacidad permanente.
Este proceso se hace a través del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).
En esta fase debes presentar la documentación requerida, que consta de informes médicos, historial médico, parte baja y alta médica e informes de la empresa si es necesario.
Una vez presentada la solicitud, pasarán por una evaluación médica, realizada por el Equipo de Valoración de Incapacidades. Ellos revisarán tu caso y luego dictaminarán el tipo de incapacidad que se ajusta a ti.
La artrosis acromioclavicular es una forma específica de artrosis que afecta a la articulación acromioclavicular, situada en el hombro. Esta articulación une el extremo de la clavícula con una parte del omóplato llamada acromion. Es una articulación pequeña pero vital para el buen funcionamiento del hombro, ya que es la que permite que puedas levantar el brazo y rotarlo.
Los síntomas más comunes son el dolor de hombro, una mayor sensibilidad en la zona afectada, pérdida de movilidad en el hombro y dificultad para levantar el brazo por encima de la cabeza y chasquidos al mover el hombro.
Se recomienda que para iniciar el proceso de solicitud de baja permanente por artrosis se consulte a un especialista. De esta manera el proceso será mucho más sencillo, además de que se garantizan unos mejores resultados en la resolución del caso. En Bufete Jaime Avelino estamos especializados en incapacidades permanentes laborales.