El Seguro de accidentes de tráfico, se contrata con la finalidad de actuar como garantía siempre que suframos un accidente. Es decir, que en el desafortunado caso de padecer una colisión o percance durante el uso cotidiano de nuestro automóvil, ciclomotor, vehículo en general, podamos acudir al resguardo del seguro, para responder de los daños —propios y/o ajenos— causados a consecuencia de dicho accidente.
Sin embargo, no por el mero hecho de tener un seguro de accidentes de tráfico estamos cubiertos en cualquier caso. Como especialistas en indemnizaciones por accidentes de tráfico, estamos más que acostumbrados a tratar con aseguradoras y a conocer de primera mano qué supuestos son los que nos pueden dejar al margen de las coberturas de la póliza del seguro que tenemos contratado.
Esta semana dedicaremos nuestro post a repasar cuáles son precisamente esas causas más frecuentes de inhibición de nuestro seguro.
De lo que estamos hablando esta semana es de que existen una serie de situaciones en las que no estarás cubierto o costará conseguir que tu póliza de seguros cubra los gastos ocasionados ¿Cuáles podrían ser esas circunstancias?
Como ves, existe una casuística bastante amplia. No es flor de un día ni algo que podamos ni necesites listar en todo el abanico de posibilidades. Con lo que queremos que te quedes es con la idea de que tener un seguro de accidentes de tráfico —aun cuando fuera a todo riesgo sin franquicia— no se debe confundir con un cheque en blanco, donde ya todo vale porque pase lo que pase la aseguradora está obligada a sufragar los costes ocasionados. En absoluto, si nuestra conducta es reprochable desde un punto de vista legal, no sería raro que el seguro tuviera una serie de salvaguardas y prerrogativas desde las que podría inhibirse.
Si tienes problemas con tu aseguradora en la manera en que admite o rechaza cubrir los gastos sufridos en un accidente, ponte en contacto con nuestro despacho y te ayudaremos.